POR: Antonieta Cádiz / antonieta.cadiz@laopinion.com
WASHINGTON, D.C.- Por el momento, las conversaciones siguen en pie. La semana pasada luego de que se filtrara información a la prensa, sobre la propuesta migratoria del Presidente Barack Obama, la negociación en el Congreso, afrontó uno de sus puntos de mayor tensión. Ahora, la Casa Blanca todavía trata de aplacar la polémica.
Fue una sorpresa para quienes están involucrados en las conversaciones, tanto del lado demócrata como republicano. La semana pasada el diario USA TODAY publicó detalles de un proyecto de ley migratorio preparado por el gobierno.
Plazo de 8 años para recibir residencia
Entre ellos, figuró la posibilidad de que los inmigrantes indocumentados accedan a la residencia permanente en un plazo de ocho años, luego de obtener una visa de "inmigrante legal futuro".
Desde que el grupo bipartidista de ocho senadores anunció sus principios a finales de enero, la reacción de la Casa Blanca había sido apoyar este esfuerzo, pero sin dejar de lado los plazos. Obama fue claro al anunciar que la falta de acuerdos, llevaría a su Administración a presentar su propio proyecto de ley.
Se publicaron detalles del plan de la Casa Blanca
Pero cuando la información sobre la propuesta salió a la luz, desencadenó una ola de reacciones en el Congreso y sobre todo, levantó las banderas de alarma entre el personal involucrado en las negociaciones.
La Casa Blanca respondió dando explicaciones. Fuentes en la Administración, comentaron a La Opinión que la información no se entregó de manera intencional.
"Estábamos sorprendidos que detalles del borrador llegaran a la prensa. Fue desafortunado, pero hablamos con las oficinas en el Senado de ambos partidos el sábado pasado, para dejar este punto claro", aseguró.
Hasta el momento, personal de la Casa Blanca ha participado en al menos cinco reuniones con el grupo de los ocho, en las últimas semanas.
Asimismo, aclararon que el documento con la propuesta, fue difundido entre los mandos altos de diversas agencias de gobierno y que existen "varios elementos en el documento, que son parte de otros borradores y no estarían incluidos en un proyecto de ley final", en caso que tengan que presentarlo.
Falta de confianza entre legisladores y Obama
El diálogo entre la Casa Blanca y el grupo de los ocho es de naturaleza compleja, tanto por el lado demócrata como republicano. Fuentes en el Senado, coinciden en que existe una falta de confianza general. Si a esto, se le suman las dinámicas propias del grupo de legisladores, arroja una mezcla frágil.
Ayer, el secretario de prensa del senador Marco Rubio (R-FL), Alex Conant, aseguró que no habían tenido comunicación sobre el tema con la Casa Blanca. Consultado al respecto, el secretario de prensa de Obama, Jay Carney, insistió en que se han comunicado con todas las personas involucradas en el proceso en el Capitolio.
Conant resaltó además, que la filtración a la prensa había agregado un "partidismo adicional a un proceso por naturaleza difícil y elevó preguntas sobre la seriedad del Presidente en aprobar una reforma".
Obama llamó a senadores
La polémica se elevó a tal nivel, que ayer por la tarde, el propio Presidente Obama llamó por teléfono a tres de los senadores republicanos que integran el grupo de los ocho: Lindsey Graham (R-SC), John McCain (R-AZ) y Marco Rubio (R-FL).
De acuerdo a la declaración emitida por la Casa Blanca, el motivo fue "compartir su compromiso para aprobar una reforma migratoria bipartidista". También mencionó que el mandatario "reiteró su apoyo a los esfuerzos del Congreso y su esperanza en que tengan una legislación lo antes posible".
Pero más allá de las formalidades, el gesto del Presidente fue un claro esfuerzo por apagar la controversia que desencadenó su plan y al mismo tiempo, dar un espaldarazo público a las negociaciones, en un intento por silenciar las críticas.
Sólo el tiempo mostrará si la reforma migratoria sobrevivirá este primer choque público, entre sus protagonistas. Un claro indicio del difícil debate, que se asoma en la primavera de este año.