UFW: 50 AÑOS
Los judíos tienen lazos fuertes con el sindicato
REBECCA PLEVIN
Vida en el Valle
Si el líder de los trabajadores del campo César E. Chávez todavía estuviera vivo, él posiblemente se hubiera unido a las familias judías de todo el país en observar el inicio de la Pascua el pasado fin de semana.
Chávez, un católico devoto, acostumbraba llevar a cabo la cena de Pascua, conocida en hebreo como séder, en el centro Pan y Vino de las oficinas principales del UFW también conocidas como La Paz, en las montañas de Tehachapi en Keene.
Él invitaba a rabinos de Los Ángeles a La Paz para que hicieran las oraciones tradicionales, y para dirigir a cerca de 250 empleados del sindicato y sus familias en la historia de la Pascua — la historia del éxodo, cuando los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto.
"Él sentía un verdadero interés y consuelo en la Pascua," dijo Marc Grossman, quien durante mucho tiempo redactó los discursos de Chávez y fue su asistente personal. La historia del éxodo, "significaba mucho para él."
Hoy en día, ya no se lleva a cabo la cena de pascua en La Paz. Pero siguen siendo fuertes los lazos que existen entre el UFW y la comunidad judía.
La comunidad judía — que durante mucho tiempo han defendido la justicia social — financió a Chávez desde los inicios del movimiento. El judaísmo fue la primera institución religiosa que respaldó al sindicato.
Y los judíos han jugado un papel decisivo en la historia de 50 años del UFW, incluyendo a:
Irv Hershenbaum, quien es el primer vicepresidente del UFW, y está encargado del Departamento de Campañas de Contrato del sindicato;
Grossman, quien durante mucho tiempo redactó los discursos de Chávez y fue su asistente personal;
Nan Freeman, una estudiante universitario de 18 años de edad, que llegó a ser la primera persona en morir en servicio al UFW.
El apoyo que la comunidad judía a dado a los trabajadores del campo — la mayoría de ellos son latinos y católicos — al principio pudiera parecer confusa pero el apoyo que los judíos han mostrado a la justicia social — desde la abolición, hasta los movimientos de derechos civiles, y al movimiento Ocupa — está fundada en las enseñanzas judías, dicen los expertos.
Un mandamiento en la biblia judía — ‘amar a los forasteros, porque ustedes fueron forasteros en la tierra de Egipto’ — ha llegado a ser la filosofía de la justicia social para los judíos, dijo Lee Winkelman, miembro de la mesa directiva de JOIN por Justicia, grupo que entrena y apoya a los organizadores judíos.
"En los Estados Unidos, los forasteros en nuestra tierra son los inmigrantes," dijo Winkelman. "Nuestra tradición dice que los tratemos como si no fueran forasteros, sino como si fueran nuestros hermanos."
En eso se incluye el asegurar que la gente tenga condiciones de trabajo decentes, que se les pague decentemente por su trabajo, y que no estén expuestos a pesticidas," dijo él.
El apoyo de los judíos a los trabajadores del campo también viene de la experiencia compartida de ser inmigrantes, dijo Susan Lubeck, directora de Bend the ARC del Área de la Bahía, una organización judía de justicia social.
"La experiencia de los judíos al ser una pequeña minoría en la historia, nos ha dado un profundo conocimiento de la dinámica del poder, y de los desafíos que una minoría enfrenta en las manos de una mayoría," dijo ella.
Hershenbaum nunca antes había conocido a un trabajador del campo, ni había visitado un campo agrícola con duras condiciones de trabajo cuando él organizó el primer boicot contra la lechuga en 1972, cuando tenía 20 años de edad y era estudiante en la Universidad Stony Brook de Nueva York.
Aún así, Hershenbaum se identificó con la dura batalla que libraba el sindicato por justicia económica.
Él había visto a sus propios padres — refugiados del Holocausto que eran sastres en la industria de la ropa en Nueva York — beneficiarse de una membresía sindical, y creía que los trabajadores del campo merecían los mismos beneficios.
"Yo supe de primera mano por mi propia experiencia lo importante que los sindicatos laborales eran," dijo Hershenbaum, quien creció hablando yídish, el idioma de los judíos del centro y este de Europa, y ahora habla un poco de español.
"Yo sentí que los trabajadores del campo merecían los mismos derechos que mis padres tuvieron."
Más de cinco años antes de que Hershenbaum ingresara al sindicato, los judíos empezaron a dar su apoyo al movimiento de los trabajadores del campo.
Mientras caminaba por los terrenos de La Paz la semana pasada, Grossman, quien fue el redactor de discursos de Chávez y su asistente personal, contó una historia graciosa sobre el inicial apoyo financiero de la comunidad judía a la Asociación Nacional de los Trabajadores del Campo de Chávez, que llegó a ser el UFW.
En 1965, el sindicato boicoteó las Industrias Schenley, un gran productor de uvas para vino. En lo que el boicot iba ganando atención e ímpetu, el sindicato empezó a recibir contribuciones, dijo Grossman.
Helen, la esposa de Chávez, y su hermana, Petra, estaban (abriendo correspondencia con) cheques en las oficinas del sindicato en Delano cuando Petra notó una tendencia, dijo él.
"Oye hermana, ve esto," dijo Petra a Helen Chávez, según cuenta Grossman. "Todas estas gentes tienen el mismo nombre — ‘Rabino.’"
"Helen le tuvo que explicar que es (un título) como de sacerdote judío — o rabino," dijo Grossman.
Más allá del apoyo financiero, la comunidad judía también fue la primera organización religiosa que apoyó al UFW, dijo Grossman.
El apoyo de las instituciones judías para el sindicato inició a principios de los años 1970 cuando las mesas directivas de rabinos en las ciudades de la Costa Este declaraban boicots a los productos que no fueran kosher — o, que no eran apropiados para comerse de acuerdo a la ley judía.
Los rabinos determinaron que, "si un producto llega hasta usted por medio de la explotación de los trabajadores, entonces no es kosher," explicó Grossman.
De acuerdo a la ley judía, entre otras comidas que no son kosher está el puerco, langosta, ostiones, camarón, y cualquier carne que mezcla productos de la leche con carne.
Grossman empezó a apoyar al sindicato de los trabajadores del campo a finales de los años 1960 cuando estudiaba historia en UC, Irvine. Él se unía a la huelga en supermercados, y manejaba hasta Delano los viernes para entregar comida y ropa a los huelguistas.
"En cuanto lo conocí (César), y llegué a tratarlo y a comprender lo que estaba tratando de hacer, me imaginé que sería mucho más interesante ser parte de la historia que simplemente leerla," dijo Grossman, quien es de mediana estatura y usa lentes redondos.
Grossman ingresó al personal del UFW en 1970, y llegó a ser el secretario de prensa de Chávez y asistente en 1975. Él trabajó con Chávez en discursos y correspondencia hasta la muerte de Chávez en 1993.
Hay otros judíos que también llegaron a ser parte de la historia del sindicato.
Después de aguantar un boicot contra las uvas que duró cinco años desde 1965 hasta 1970, Lionel Steinberg — un agricultor judío del Valle de Coachella, que fue presidente de David Freedman & Co. — llegó a ser primer agricultor en firmar un contrato para uvas de mesa con el UFW.
El acuerdo de Steinberg en abril de 1970 con el sindicato, "abrió las compuertas," dijo Grossman. Para julio, los agricultores de Delano ya habían firmado contratos también.
En 1973, cuando se vencieron los contratos originales, la mayoría de los agricultores firmaron contratos con Teamsters, y los trabajadores de la uva se pusieron en huelga. Excepto Steinberg, quien fue el único productor de uva que conservó su contrato con el UFW ese año, dijo Grossman.
"Cuando contaba, él mantuvo su postura e hizo lo correcto," dijo Grossman.
Con esas acciones, Steinberg se ganó un lugar en la historia del UFW — y en la oficina de su líder. Exhibiéndose en un librero en la oficina de Chávez — que se conserva como el día en que la dejó — está uno de los lados de una caja de uvas de Freedman & Co., firmada por Steinberg y Chávez.