La presidenta de la Unión de Campesinos Teresa Romero y la directora ejecutiva de la Fundación UFW Diana Tellefson Torres, emitieron la siguiente declaración después de la publicación de los cambios propuestos por la administración de Trump al programa de trabajadores agrícolas contratados bajo el programa H-2A:
“Donald Trump intenta pintar sus 489 páginas de cambios propuestos al programa de trabajadores agrícolas contratados bajo el programa H-2A como una manera de proteger a los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, Trump está estableciendo un nuevo mínimo de hipocresía, racismo y autocontrol, incluso para él.
La retórica y la política de Trump hacia los inmigrantes y las personas de color puede sumarse simplemente como váyase a la casa de los países de los que uno vino, incluso si vienen de los Estados Unidos. Sin embargo, su esquema de cambiar las reglas del programa H-2A para facilitar la posibilidad de negar empleos a los campesinos domésticos, de modo que los empleadores podría contratar más trabajadores huéspedes y pagarles menos y a la misma vez, reducir los salarios de los trabajadores domésticos. El gobierno federal indica que más de la mitad de los campesinos son ciudadanos de los Estados Unidos o residentes permanentes legales; los cambios propuestos tendrán un impacto negativo en la mayoría de los campesinos.
Al igual que muchas otras políticas de Trump, está se trata de autocontrol y auto enriquecimiento. Los trabajadores H-2A trabajan en los viñedos de Trump en Virginia. Personalmente se beneficiaría al cambiar las reglas para poder contratar a más trabajadores huéspedes de forma más económica y sería más difícil que los campesinos domésticos encuentren trabajo. Debido a que sus visas solo les permiten trabajar en los viñedos de Trump, el derecho de los trabajadores H-2A a permanecer en este país está totalmente a merced de Trump y pueden ser enviados de vuelta a sus países natales al capricho de Trump simplemente por quejarse de abuso o maltrato.”
###