La Opinion
Misa en honor a C. Chávez
Recuerdan la fe y el sacrificio del líder campesino
Patricia A. González-Portillo,
Reportera de La Opinión
Domingo, 01 de abril de 2001
Cuando el cardenal Roger Mahony levantó el cáliz con el vino de consagrar, muchos sabían que estaba allí el sudor de los campesinos de California.
En sus mentes también estaban las uvas como símbolo del tema que ocupó los últimos años de la lucha del líder César Chávez.
El sacrificio del activista fue recordado el sábado por personalidades como Martin Sheen y la viuda de Robert F. Kennedy.
Pero no era para menos; Chávez, el líder más grande de la comunidad latina y fundador del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW), por primera vez tenía su día y se celebraba oficialmente su natalicio en California.
Entre los asistentes estaban políticos, campesinos, doctores, activistas, organizadores y dirigentes que acudieron a misa presidida por el cardenal Roger Mahony en la Iglesia Católica St. Vincent, en Los Angeles. Alrededor de 300 personas se reunieron en la celebración que duró unos 90 minutos.
No hubo flores, discursos políticos ni gritos de "sí se puede".
El líder activista, que dedicó su vida a la lucha por los derechos de los campesinos, sólo fue recordado como un hombre con fe en Dios.
Las fotos de Chávez, quien murió hace casi ocho años, estuvieron rodeadas por las imágenes de los hombres que más admiraba: Robert F. Kennedy, Martin Luther King y Mahatma Gandhi.
A un lado de las fotos, había un saco con naranjas, una caja de madera con fresas y la bandera del UFW.
Sin embargo, lo que más se apreciaba era la imagen grande, en blanco y negro, que mostraba al líder con una sonrisa.
"Nos enfocamos en el aspecto espiritual de mi padre", explicó Paul Chávez, hijo del líder sindical.
"Toda su lucha estuvo basada en su fe".
En la misa, estaban el asambleísta y candidato a la alcaldía de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, Rocky Delgadillo, también candidato en las elecciones para el puesto de procurador de la ciudad. A un lado de ellos estaban familiares de Chávez, trabajadores de la limpieza y trabajadores del campo con botones del UFW.
Pero lo que más llamó la atención fue un niño de siete años, llamado Andrés que, aunque no lo conoció, recuerda aquello que decía su abuelo.
"No coman uvas [más si están contaminadas]", dijo el nieto del líder.
"El no quería que comieran uvas".
Asimismo, en otras áreas de la ciudad se realizaron otros eventos para conmemorar el natalicio del fallecido líder de los trabajadores agrícolas, a quien se le recuerda también como uno de los defensores de los derechos civiles y humanos más grande que ha tenido la comunidad latina en este país.
Uno de esos eventos fue el que se llevó a cabo en la Placita Olvera, el cual mostraba la obra de Chávez a cientos de estudiantes de varias escuelas primarias, quienes a través de historias y trabajos interactivos se adentraron en la trayectoria de este hombre y su causa.