La Opinion
Juez responsabiliza a empresa agrícola de la suerte de sus trabajadores
Eduardo Stanley,
Especial para La Opinión
Lunes, 04 de marzo de 2002
El viernes 1 de marzo, el juez de Asuntos Administrativos, Stephen Webster, emitió un fallo histórico en beneficio de los campesinos accidentados el 9 de agosto de 1999, cuando 13 trabajadores del campo perdieron la vida y dos sobrevivieron. El accidente ocurrió en la zona llamada Cinco Puntas, a unas 30 millas al sureste de Fresno, cuando la camioneta donde los campesinos viajaban se estrelló contra un camión de carga que intentaba un giro en U.
El efecto social del accidente fue tal, que organizaciones de derechos humanos, sindicatos, activistas y agrupaciones campesinas presionaron al gobierno estatal para que apruebe leyes más estrictas para el transporte de campesinos y que establezca las responsabilidades de los agricultores, quienes tradicionalmente las eluden alegando que los trabajadores son reclutados por contratistas y por lo tanto sólo aquellos son responsables.
Sarah Reyes y Dean Flores, representantes demócratas en la Asamblea Estatal, promovieron nuevas leyes de seguridad para el transporte de campesinos. Sin embargo, la cuestión de la responsabilidad de los agricultores no prosperó hasta el viernes, cuando el fallo judicial hizo responsable tanto a Green Farmers, agencia contratista de trabajadores, como a Terra Linda Farms, empresa propietaria de los cultivos de tomate donde los 15 campesinos laboraban. "De ahora en adelante los agricultores y empresas agrícolas ya no podrán lavarse las manos tan fácilmente en casos de accidentes de trabajo como éste", dijo satisfecho Robert Pérez, abogado de los campesinos, refiriéndose al hecho de que los fallos judiciales sientan precedentes legales.
"Es una victoria total para los campesinos!", exclamó emocionada Amelia Arámbula, abogada asistente del caso.
El fallo establece que los responsables deben pagar todos los gastos médicos y de rehabilitación de los sobrevivientes, además de beneficios a los familiares de las víctimas, cuya suma total sobrepasa los tres millones de dólares. En su comentario final el juez Webster dice: "Nosotros, como sociedad, deberíamos sentirnos avergonzados por permitir que a un ser humano se le trate de esta manera tan vergonzosa y repugnante".
El caso fue patrocinado por la entonces cónsul temporal de México en Fresno, Lourdes Chávez. El actual cónsul de ese país, Jaime Paz y Puente, no ocultaba su satisfacción por la resolución del caso, recordando que aún está pendiente la demanda civil contra el conductor del camión y la empresa donde éste trabaja.
Reafirmando la importancia del caso, estuvo presente en la conferencia de prensa el presidente de la Unión de Campesinos, Arturo Rodríguez. "Se trata de un fallo histórico: es la primera vez que se hace responsable a una empresa agrícola por la suerte de sus trabajadores", dijo a La Opinión Arturo Rodríguez. "Nuestro sindicato seguirá presionando para lograr más leyes estatales que den mayor seguridad a los campesinos y esperamos lograr el apoyo del gobernador Davis en este sentido".
"Este dinero no devolverá la vida a mi padre", dijo a este rotativo Dora Portillo, de 26 años y madre de dos hijos. Su padre, Juan Avila, entonces de 48 años, fue una de las 13 víctimas fatales. "Pero estoy contenta porque mi mamá recibirá algo de dinero que la ayudará a sobrellevar su vida".
Lucía González, de apariencia frágil, delgada y de baja estatura, habla suavemente de las consecuencias del accidente. Es una de los dos sobrevivientes; quedó inconsciente y se debatió entre la vida y la muerte durante varios días. Sobrevivió cinco delicadas operaciones y hoy dice sentir dolores constantes. "El fallo me hace feliz, porque pienso que se hizo justicia", comentó a La Opinión esta joven nacida en Puebla, quien perdió a su prima en el accidente.
"Hoy me siendo mejor, más relajado porque creo que se hizo justicia", declaró a este periódico Gilberto Navarrete, de 44 años y originario de Nayarit. Gilberto es el otro sobreviviente del accidente y se le implantaron placas en las caderas para que pueda caminar. En el accidente perdió a su hermana y dice que con la compensación que reciba espera comprar una casa para su familia.
Los gastos médicos de Lucía Gonzáles superan el millón de dólares mientras que los de Gilberto Navarrete ascienden a más de 100 mil dólares. Navarrete se arregla su pelo casi totalmente canoso y con una leve sonrisa dice muy tranquilo: "Quiero volver a trabajar, a lo mejor así se me pasa el dolor de las caderas".