Por lo menos cinco grupos de personas – familias y grupos de otros individuos – se acercaron a nosotros el jueves a lo largo de la marcha por El Tratamiento Justo para los Campesinos Ahora, entre Le Grand y Merced y nos ofrecieron sodas, agua y fruta. Cuatro hombres anglos, Oakies de capa y espada, salieron de sus casas de la Avenida Santa Fe entre Merced y Livingston para dar botellas de agua a todos los peregrinos.
Al entrar por la tarde a la ciudad Livingston después de un largo y caluroso día en las carreteras, fuimos recibidos por el alcalde, sub-alcalde y el gerente de la ciudad en la Iglesia Catolica St. Jude en la calle Franci. Muchas otras personas de esta pequeña comunidad agrícola que con frecuencia fuera el escenario de intensas huelgas y campañas de organización de la Unión de Campesinos durante los 1970s también se reunieron con nosotros. Monseñor Harvey Fonseca, párroco de St. Jude, también estaba ahí así como un veterano defensor de los campesinos, el pastor Bill Ruth y su esposa, Sue, de la Iglesia Luterana en Livingston.
En total, hubo aproximadamente 125 personas en la manifestación después de la marcha, más tarde cenamos y nos fue asignado nuestro alojamiento en diferentes casas.
Nuestros espíritu estaba por lo alto y nuestra resolución firme al reunirnos para la Misa a las 7 A.M. del Viernes en la Iglesia St. Jude junto con docenas de residentes de Livingston antes de comenzar en nuestra jornada del día, de Livingston a Turlock. En frente de la marcha todos los días trabajadores campesinos llevan el estándar de Nuestra Señora de Guadalupe.
Si Se Puede!