La acción ejecutiva y la sombra del Acción de Gracias
Por: Arturo S. Rodríguez
“"Los trabajadores están detrás de los alimentos que todos compartimos en esta fiesta"”
La orden ejecutiva histórica del presidente Obama liberará a millones de inmigrantes respetuosos que pagan impuestos del miedo constante y la explotación. Se realiza 14 años después de que la Unión de Campesinos empezó a trabajar con demócratas y republicanos para que el Congreso actuara sobre una reforma migratoria. Un proyecto de ley bipartidista — que incluye una provisión para trabajadores del campo fue negociado por los rancheros de la nación y la UFW — fue aprobada en el Senado de los Estados Unidos varias veces, incluso en junio de 2013. Esta propuesta tiene el apoyo de la mayoría en la Cámara de Representantes; tanto los legisladores demócratas y republicanos, votarían por ella. Pero los líderes del Partido Republicano en la Cámara de Representantes se han negado a permitir que haya un voto.
Campesinos y varios activistas por derechos de los inmigrantes durante la última década han marchado, participado en manifestaciones y suplicaron a legisladores para decretar la reforma. Sólo los Republicanos se han negado a pasar una verdadera reforma integral de inmigración que obligó al Presidente a actuar.
El día antes de su anuncio en la Casa Blanca y la semana antes del Día de Acción de Gracias trabajadores inmigrantes de las industrias agricultura y comercial se reunieron a través de la calle Lafayette Square. Los trabajadores le recordaron a sus compatriotas de los seres humanos de carne y hueso que están detrás de la gran abundancia de alimentos que todos compartimos en esta fiesta.
Trabajadores inmigrantes que son miembros de la UFW y del sindicato United Food and Comercial Workers exhibieron muestras de alimentos del Día de Acción de Gracias que ellos cosechan y procesan. Entre ellos se encontraban Juan Pacheco y María Pacheco, trabajadores de Pennsylvania que procesan pavos; María Arteaga, una campesina y su hija ciudadana de los Estados Unidos, Areli, de los campos de maíz y papa de Idaho, el trabajador del durazno Alberto Bermejo y trabajador del apio Inocencio Bernal Pedroza de California; el trabajador de la uva del estado de Washington María G. Lozano Ramírez y trabajadora de calabaza María Martha Acevedo Cárdenas, más su hija, ciudadana de los Estados Unidos, Eustalia Acevedo.
Cuando las familias estadounidenses se sienten a cenar el Día de Acción de Gracias, estos trabajadores les piden a sus compatriotas que no olviden a la gente detrás de la comida que hace estos días festivos posible. Sangre, sudor y lágrimas de estos trabajadores va en la creación del suministro de alimentos en los Estados Unidos. Pero en lugar de compartir en la abundancia de los alimentos que ellos mismos producen, con mucha frecuencia trabajadores inmigrantes se ven forzados a vivir en la sombra, siempre con miedo. Sus salarios con frecuencia son minados. Son sometidos a otros abusos y condiciones de trabajo miserables. Ellos aguantan la constante amenaza de ser separados de sus familias y del país que aman. Muchos de estos trabajadores son los inmigrantes a quienes ahora el Presidente Obama les está ofreciendo un alivio.
Por 50 años otros Presidentes de Estados Unidos, incluyendo el Presidente Reagan y George H.W. Bush, han utilizado poderes otorgados al Presidente para hacer cambios a las pólizas de inmigración. Al Presidente Obama no le queda ninguna otra alternativa debido a la continua obstrucción e inacción de una reforma migratoria por parte de los Republicanos en el Congreso.
Los trabajadores inmigrantes campesinos y otros trabajadores de la industria alimenticia afuera de la Casa Blanca apelaron al Presidente con la esperanza de que el Sr. Obama cumpliera sus promesas. El Presidente hizo lo correcto.
Arturo S. Rodríguez, presidente de la Unión de Campesinos de America, escribió este comentario mientras volaba el viernes con el Presidente Obama a Las Vegas en el avión presidencial en donde el Sr. Obama firmó su orden ejecutiva de inmigración.